Los recibos llegan a nuestras manos todos los días, sin parar. Nuestros bolsillos, billeteras, cajones y carteras se llenan de comprobantes de pago hasta más no poder. ¿Te suena conocido? En esta entrada compartiremos contigo los 3 pasos que seguimos para organizar nuestros recibos y no enloquecer en el intento.
PASO 1: Al final de cada día colocamos los recibos en un lugar específico, como un frasco o un sobre, lo que esté a la mano (pero siempre en el mismo lugar).
PASO 2: Al terminar la semana revisamos los recibos que guardamos, nos quedamos con los que consideramos importantes y los separamos: las compras o pagos relevantes por un lado y los recibos que correspondan a productos con garantías o manuales por otro.
PASO 3: Guardamos los recibos de las compras importantes en un organizador pequeño tipo acordeón, dependiendo del mes al que correspondan. Las boletas de productos con garantías y/o manuales los guardamos en un file tipo acordeón (puedes ver la entrada sobre manuales y garantías aquí).
Es más fácil de lo que parece y termina por ahorrarnos tiempo y dolores de cabeza. ¡Asegurado!
¿Cómo guardas los comprobantes de pago importantes?
LOs guardo en una lata, la de las galletas de navidad!
ResponderBorrar¡Buena idea! Siempre pensando en reciclar y buscándole un nuevo uso a nuestros depósitos.
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